jueves, 7 de octubre de 2010

Encontrar lo que se desea

Igual que un buen fotógrafo puede sacar buenas fotos con una cámara barata, Galileo hizo grandes descubrimientos con un telescopio de "todo a cien".

Nada más construir su primer instrumento, en 1609, Galileo hizo un gran descubrimiento: A los lados del planeta Júpiter había unas "estrellitas". En total eran cuatro y a veces se veían dos a cada lado, o bien tres en un lado y una en el otro, etc. El significado de esas observaciones era claro: Júpiter tenia cuatro satélites. En realidad tiene muchos más, pero lo verdaderamente importante no era el número, sino el hecho de que no todos los cuerpos celestes giraban en torno a la Tierra, como sostenía el Sistema Ptolemaico.

Júpiter y tres de sus lunas, tal como se ven con unos simples prismáticos. La imagen es un recorte de una foto que hice con un teleobjetivo de 400mm.

En esa misma época había un gran matemático y astrónomo, Johannes Kepler, que tenia lo que en aquel entonces era un grave problema: Era miope.

Kepler debía conformarse con utilizar las informaciones de los observadores para elaborar sus teorías. Como todo buen matemático, tenía una gran capacidad para detectar patrones en las series de datos y, consumiéndose en su ansiedad de conocimiento, a veces incluso encontraba patrones donde no los había. Así pues, sabiendo que la Tierra tiene un satélite y Júpiter cuatro, dedujo que Marte, por estar en medio, tendría dos, siguiendo así la progresión geométrica 1,2,4...


Unas semanas más tarde, Galileo estaba observando Saturno y vio algo extraño. Algo parecido a unas orejas a cada lado del mismo. Estaba observando los famosos anillos, pero como el telescopio no era más que una lata con dos lentes pulidas a mano, es evidente que no se veía muy bien. Así que mientras realizaba más observaciones para saber realmente qué era aquella forma extraña, decidió asegurarse la prioridad del descubrimiento enviando un mensaje cifrado a Kepler.

El mensaje decía:


smaismrmilmepoetaleumibunenugttauiras,

que obviamente no significa nada, pero que si reordenamos las letras se puede escribir la solución del enigma:

Altissimum planetam tergeminum observavi,

que significa:

"He observado el planeta más distante con triple forma"
.

Kepler se lanzó con todas sus fuerzas a intentar descifrar el mensaje. Como seguía obsesionado con las relaciones matemáticas y su teoría de los dos satélites de Marte, tras romperse la cabeza durante innumerables horas consiguió reordenar las letras formando:

Salve umbistineum geminatum Martia proles,

que significa:

Salve, ardientes gemelos hijos de Marte,

encontrando el resultado que él esperaba. Más tarde Galileo anunció la respuesta, dejando claro que nada tenía que ver con Marte y el pobre Kepler murió sin saber si Marte tenia o no dos satélites. Tuvieron que pasar siglos, hasta que en 1877 se conoció la respuesta. Aunque en realidad los satélites en el Sistema Solar no siguen ninguna progresión, seguro que a Kepler le hubiera gustado saber que, efectivamente, Marte tiene dos satélites.


Los dos satélites de Marte, Fobos y Deimos (Miedo y Terror), son muy pequeños (11 y 6 km de radio respectivamente). A ver quién me dice porqué se llaman así.

No sientan lástima por Kepler. Sus famosas Tres Leyes del Movimiento Planetario, que otro día les contaré, son una de las mayores contribuciones de la astronomía clásica, y todos los astrónomos contamos a Kepler entre nuestros mayores héroes.


Pronto les narraré el caso de otro enigma de Galileo y de la respuesta que obtuvo Kepler. Es si cabe más sorprendente todavía. Queda también pendiente la explicación de una de las estratégias del método científico, para evitar que nuestros deseos de encontrar un resultado concreto, como en el caso de Kepler y los satélites de Marte, nos influencie en la investigación.

14 comentarios:

Francesc Vera dijo...

Pel que he llegit, sembla que fou Kepler qui aporta el nom de camera obscura i el primer que li incorpora una lent per fer la imatge més brillant i nítida, així que no sols fou un important astrònom i matemàtic sinó també un precedent important per a la fotografia.

Albert dijo...

Tener ideas preconcebidas en ciencia, siempre es malo...
Phobos y Deimos, segun la mitologia griega clásica son hijos de Ares, asimilado por los romanos como Marte, dios de la guerra...

MartinAngelair dijo...

Me da igual si esta entrada es 'cuento',...

...porque me encanta que fuera realidad,...y me entusiasma que fuese 'leyenda',...con capítulos de miedo y terror.





(...si lo llego a saber, me intereso antes por la astronomía.

Es más, debería ser asignatura en el cole, y así Kepler, Galileo, y los 'etcs', se les mirarían de otra forma...)







Qué bien se lo pasaban con las latas y las letras,...

...también con las lentes pulidas como piedras,... :)





Esta entrada me va a llevar más tiempo.


Esto es la introducción.






Beso y buenos días.




Nota: Me ha puesto de buen humor.

Jordi Busqué dijo...

Francesc, bona dada. Gracies.

Jordi Busqué dijo...

Albert, existen técnicas para reducir estos peligros, pero lo dejo para otro día.

Correcto lo de los nombres!

Jordi Busqué dijo...

MartinAngelair, no hay cuento, la historia es cierta (o al menos eso creen los historiadores).

RAFA PÉREZ dijo...

Jordi, en Graz tuve oportunidad de saber sobre Kepler. Una estatua le rinde merecido homenaje. No tengo la foto a mano, es una diapo.
Esperamos tu entrada sobre Kepler.
Como aficionado a la mitología, sé que Phobos y Deimos eran hijos de Ares (Marte), pero me atrevo ir un poco más allá y digo que como representaban al horror y al pánico y los satéites de Marte son muy feos... Pues eso.

mundorero dijo...

Astronomía, historia, mitología, fotos... hay de todo!!! Me ha gustado mucho. Gracias.

Jordi Busqué dijo...

Rafa, admito que los dos satélites tienen forma de patata, pero los pobres no tienen la culpa, fueron acretados así.

Jordi Busqué dijo...

Mundorero, gracias a ti por tu visita.

la desanchá dijo...

¡Cumple usted a las mil maravillas el precepto de enseñar deleitando!

Si llevan ahí girando millones de años, no deberían haberse ido haciendo redonditos? ¿O están en ello y un día fueron trozos angulosos de un astro roto?

Jordi Busqué dijo...

Desanchá, no se hacen redonditos por girar, sino por gravedad. Un objeto con forma de patata no puede ser muy grande. Porqué si lo fuera, tendría mucha gravedad y los montículos se desmoronarían por su propio peso. Los satélites pequeños no generan casi gravedad y por lo tanto los bultos y ángulos no pesan y se mantienen con formas extrañas.

nomesploraria dijo...

Quin gust llegir-te

Jordi Busqué dijo...

El gusto es mio, Dr. Només.