Patagonia chilena. Chile, 2013.
Hay muchas formas distintas de viajar, pero la que a mi más me gusta es la que deja una gran parte de los detalles a la fortuna. No intentar forzar las cosas para que el viaje sea de la forma que hemos imaginado sino permanecer abiertos a la sorpresa para poder recibir los regalos del día.
Una buena forma de conseguir esto es subirse a la caja de una camioneta.
¿Qué hay mejor que cada día sea distinto y no saber qué nuevas sorpresas te regalará la jornada?
3 comentarios:
Es una suerte poderse montar la vida con la suficiente libertad para disfrutar de viajes así.
Saludos
Cada paso es distinto,
...la emoción del no saber,...lo positivo de la incertidumbre.
(se podría decir que eres como ese niño)
Besos.
B.D.C.J.
estoy super de acuedo contigo, viva la improvizacion y las sorpresas! el otro dia en la universidad de turismo que voy estuvimos hablando de este tema y me di cuenta que la mayoria de la gente si no tiene el viaje todo montado no se atreve a salir de su casa...yo prefiero dejarlo todo fluir y disfrutar sin preocupaciones! saludos!
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