Experimento en las kasbas del Atlas marroquí

Las luces del alba iluminan unas kasbas del Atlas

Había llovido a mares durante los primeros días de mi viaje por Marruecos. No tenía mucho tiempo. Estaba preocupado por si la meteorología me fastidiaría la oportunidad de disfrutar y fotografiar los cielos estrellados del Atlas. Ya había podido fotografiar la ISS durante un breve paréntesis en el mal tiempo, pero había sido durante los minutos previos al amanecer, con la Luna muy alta en el cielo. Ahora buscaba cielos oscuros, sin Luna.

Según la previsión meteorológica, a finales de semana se acabarían las tormentas. Así que planifique mi itinerario de forma que cuando llegaran los cielos despejados, yo me encontraría en una zona con abundantes kasbas, unas antiguas fortalezas defensivas estéticamente muy interesantes.

Aunque a nosotros nos resulten muy bonitas y nos parezca un lujo poder vivir en una de ellas, la verdad es que actualmente, exceptuando las kasbas que han sido restauradas y han incorporado las comodidades modernas -sobretodo agua corriente y electricidad-, quien vive en la kasba es por que no puede vivir en la parte moderna de la ciudad. Me dijeron que solo quedaban ocho familias que lavan la ropa en el río y por la noche utilizan velas.

Hacía un sol esplendido y todo parecía indicar que por fin iba a tener una noche despejada. Busqué una ubicación adecuada para tomar las fotografías de paisaje astronómico y, una vez todo estuvo preparado, me puse a contemplar el crepúsculo.

La luz del Sol iba retirandose de las construcciones. En ese momento se me ocurrió que podría intentar una técnica llamada time-lapse (aka stop-motion), que consiste en agrupar una serie de fotografías como si fueran fotogramas de una película, para registrar ese movimiento tan lento.

Nunca antes había hecho ninguna prueba de esta técnica, así que fue solamente un experimento para comenzar a aprender. El resultado de esa primera prueba es el siguiente vídeo de tan solo 12 segundos de duración.

Está claro que debería haber fotografiado con un intervalo más breve entre imágenes, de forma que el movimiento fuera más suave. Pero ya se sabe que las pruebas son para aprender de los fallos. Así que no sean muy duros con sus críticas.

A continuación, decidí hacer una segunda prueba, con otro encuadre y reduciendo el tiempo, aprovechando que pronto iba a ocurrir algo que, aunque pasa todos los días, nunca me canso de ver. Pero esto se lo contaré en la próxima entrada.