domingo, 30 de enero de 2011

Colonia del Sacramento y el arte de pasear. Tercera (y última) parte.

(viene de la primera y segunda parte)

Benditas dominantes

Yo creo que pasear es un arte que se está perdiendo. Cada vez somos más esclavos de la prisa y las obligaciones, y es difícil encontrar un instante para el propio disfrute.

Hay algunos lugares en el mundo que claramente invitan a la práctica de este arte. La uruguaya Colonia del Sacramento es uno de ellos. A mi me encanta caminar sin rumbo preestablecido, tener la libertad en cada cruce de tomar la dirección que en ese momento me plazca. La excitación de descubrir lo que se encuentra tras cada esquina.

En este tipo de situaciones entro en trance, sobretodo en el crepúsculo.

En esa ocasión, como si caminase por el escenario de un sueño, notaba bajo los pies el irregular relieve de los adoquines y en la cara el tacto fresco del aire cargado de la humedad del Río de la Plata. Ya puesto el Sol, me concentré en observar los cambios de luz sobre el antiguo faro.


La fotografía me ayuda a mantenerme en ese estado. La imagen del faro y la colada tendida lo resume perfectamente. La Luna al fondo le da el toque definitivo. Es la hora mágica en que las últimas luces del día dan paso a las sombras de la noche. Como tantas veces, las zonas de transición contienen los matices más interesantes.


14 comentarios:

MartinAngelair dijo...

La verdad, es que esta 'trilogía',...


...ha resultado ser fantástica.






Anda que esa rueda frenada en la acera,...

...o esa esquina que ilumina el poder y querer caminar.






(me temo que tu Colonia significa mucho para tí,...:)





Buen Domingo de paseo Jordi.
B.

Oddiseis dijo...

¡¡Que razón tiene, amigo Busqué!! La vida es un plato para degustar de a poquito, sin prisas, porque la mayoría de las veces su mayor riqueza está en los pequeños detalles.

Y luego están el humor y la ironía: la Calle de los Suspiros, es encantador.

¿Se da cuenta de que el 90% de las cosas realmente placenteras y hermosas de nuestras vidas no cuestan ni un duro?¿y que el 90% de nuestros esfuerzos y desvelos los dedicamos a tratar de satisfacer las exigencias de ese 10% residual que sí cuesta? ¡Claro que se da cuenta!; usted a leido a Toureau ...

RAFA PÉREZ dijo...

Me ha encantado la serie sobre Colonia de Sacramento. Ya tengo Uruguay apuntado como destino para el futuro.

Jordi Busqué dijo...

MartinAngelair, gracias. Me alegro que te haya gustado.

Jordi Busqué dijo...

Oddiseis, buena observación. Mi vida es un intento de modificar esos porcentajes.

Jordi Busqué dijo...

Rafa, te lo recomiendo. Yo mismo pienso volver, pues todavía lo conozco muy poco.

Oriol Alamany Sesé dijo...

La última foto, con la farola, el color de esta pared, la luz crepuscular menguando, las palmeras y la pareja de paseo me gusta mucho. Y la reivindicación del paseo sin rumbo fijo, también.

Aníbal dijo...

Jordi, como uruguayo debo decirte que es un honor que expongas nuestra queridísima Colonia del Sacramento en fotos tan expresivas.

De seguro te esperamos nuevamente; hay tanto para ver, ¡tanto para fotografiar! De hecho, quiero compartir contigo tan solo un mínimo vistazo a otros lugares de Uruguay, como el Salto del Penitente, en Lavalleja: http://uruguaynatural.tv/video/763301160001

En esa página hay más videos con otros destinos de Uruguay. Recomiendo que le des un vistazo.

Saludos y, ruégote por favor, continúes deleitándonos con tu fotografía.

Aníbal

igniszz dijo...

Un rincón verdaderamente precioso.

Jordi Busqué dijo...

Oriol, gracias. Encaja mejor con el texto, pero yo quizá me quedaría con la del faro y los trapos viejos.

Jordi Busqué dijo...

Aníbal, seguro que voy a volver, me quedé con ganas de conocer más el país. Por cierto, ¿tu sabes porqué en Colonia hay tantos autos antiguos?

Jordi Busqué dijo...

Igniszz, merece la pena una visita.

Aníbal dijo...

Como razón precisa, no te sabría decir, pero por otro lado, Colonia del Sacramento ES historia y no pierde esa magia, ni siquiera en los autos.

Te diría que es parte de esa mística que tiene, eso de quedarse casi completamente detenida en el tiempo, perenne.

Jordi Busqué dijo...

Gracias Aníbal.