miércoles, 16 de septiembre de 2009

Las ¡motorbike! de ciudad Ho Chi Minh

Enjambre de motociclistas. Como en muchos países asiáticos la gente tiene cierta afición a llevar mascarilla por la calle.

Las calles de ciudad Ho Chi Minh, la antigua Saigón, parecen un hormiguero humano. Viven siete millones de personas que se desplazan en quinientos mil automóviles, algunos autobuses y, sobre todo, los cerca de cuatro millones (!) de motocicletas.

Las motocicletas son mucho más asequibles que un automóvil o camioneta, así que la mayoría de personas las utiliza para llevar carga.

Familia de seis miembros todos en la motocicleta.

Los moto-taxistas esperan clientes en cada rincón. Cuando ven a un extranjero gritan ¡motorbike!. En muchas partes del país son terriblemente pesados, e incluso te siguen por la calle preguntando “Where do you go?”.

En esta foto me acerqué con sigilo para que no me ofrecieran sus servicios. Sorprende el gran equilibrio para dormir sobre la moto, cosa que también he observado en otros países asiáticos.

Otro de los momentos en lo que es posible acercarse sin “peligro” a los “temibles” moto-taxistas.

Vietnam es uno de los países en que peor se conduce de todo el mundo. Creo que el adjetivo más adecuado es suicida. Prevalece la ley del más fuerte y los camiones y autobuses van a toda velocidad por las carreteras, sin ningún miramiento. Cuando se encuentran un pelotón de motos y bicis no frenan. Con el claxon permanentemente funcionando embisten contra la masa que, casi siempre, se aparta a tiempo. Obviamente el nivel de accidentes de tráfico es brutalmente elevado. Por eso el gobierno se ha puesto serio y obliga a utilizar el casco bajo amenaza de fuertes multas. Aún así hay unos 12.000 muertos al año. (A modo de comparación, en España son algo más de 2.000 en una población que es la mitad aproximadamente). Con las medidas del gobierno, poner una tienda de cascos en Ho Chi Minh es negocio asegurado. Efectivamente, se encuentran bastantes de estas tiendas dedicadas exclusivamente a la venta de estos accesorios.

Las gorras que se ven en la foto (en el espejo) son también cascos con diseño muy original.

Por la noche la gente sale de fiesta en la moto.

En las grandes avenidas, los semáforos se respetan bastante.

En una ocasión alquilé los servicios de uno de estos motoristas para ir a un pueblo a más de 30km de distancia. Pasé muy mal rato con las ruedas de los camiones pasando a dos palmos de nuestras caras. Por el camino vimos un accidente con una camioneta volcada. Íbamos a las 4 de la madrugada porque quería evitar el tráfico suicida de horas menos intempestivas y porque tenía planeada una foto muy especial antes de la salida del sol. Pero de esto les hablaré otro día.

6 comentarios:

Dr. Jorge Garat. dijo...

Fascinante, las fotos increíbles sobre todo la penúltima (la pareja en moto de juerga por la noche).
Pero, ¿Cómo haces para estar en tantas partes?
No te produce temor (a lo desconocido) estar en un lugar tan distinto y del cual hemos visto y oído cosas tan disímiles?
Para mi es casi heroico. Debe ser la edad, supongo.

Ars Natura dijo...

Una vez vine de fiesta a horas intempestivas montado en un cilomotor con otras dos personas (dos de ellas medíamos más de 1.80m) y no era en una ciudad asiática... así que esas fotos también podías haberlas hecho en España y luego haber "alargado" los ojos con Photoshop, jejejeje.

frikosal dijo...

Que tremendas fotos !
Yo me quedo con la segunda y con la de los cascos y el espejo.

igniszz dijo...

Muy buenos barridos. Eso no es conducir, es sobrevivir en la carretera!

Andrés dijo...

Muy buen reportaje!
La segunda foto me recuerda a cuando estuve en el interior de Tanzania, donde la gente se cargaba así, pero en bicicletas!!
De todos modos, geniales barridos y "modelos".

Jordi Busqué dijo...

Jorge,

Bueno, no siempre se pasa bien. Pero no voy a lugares muy peligrosos. No es como ir al Congo o a Somalia, eso sí tendria mérito.

Ars,

No me des ideas...

Frikosal,

Muchas gracias

Igniszz,

La verdad es que corren muchos riesgos. Pero ellos siempre están tranquilos. Es lo que más me admira.

Andres,

Sí, supongo que en África habrá lugares más exagerados todavía.