lunes, 27 de mayo de 2013

Descubrir la muerte. Fotos para pensar.


Ayer fue Día del Patrimonio Cultural de Chile. La jornada me atrapó en la bonita ciudad de La Serena, que abrió puertas de museos y otros edificios de interés.

En el interior del Museo Arqueológico, multitud de familias con niños observaban interesadas los diversos objetos en exhibición. Entre los que más llamaba la atención estaba el esqueleto de la foto, la Dama de Chacay, que data de hace unos 2000 años.

Me llamó la atención una madre que levantó a su pequeña hija para que pudiera ver los restos. En seguida me di cuenta de que estaba frente a una de mis fotos para pensar. Me pareció que mientras la madre le explicaba la particular historia de estos restos -que era lo verdaderamente interesante para ella-, la niña estaría más interesada en la cuestión general, de cómo podemos las personas dejar de vivir y terminar siendo un montón de huesos (si es que queda algo de nosotros).

Me pareció que la cuestión de la muerte en sí debía ser más interesante para la niña -tal vez era su primer encuentro con la parca-, y no con la particular historia de esos huesos, que era lo que en realidad interesaba a la madre, que ya daba como obvio que todas las personas morimos.

Tal vez eran imaginaciones mías -parece más sencillo preguntarse primero por lo particular y con los años pensar en cuestiones generales-, pero me parecía que todos los niños se preguntaban por el concepto mismo de la muerte.

Los mayores sin embargo no veían el esquema general de las cosas y seguían fotografiando la calavera.


¿Recuerdan ustedes cuándo fueron conscientes por primera vez del hecho de la muerte?.

lunes, 20 de mayo de 2013

Viajar para conocer y la revista Altaïr


¿Dónde podré publicar ahora temas tan poco comerciales como la vida de un buscador de oro de Tierra del Fuego?

Tengo la suerte de haber viajado por todos los países de la América Latina continental. En muchos de estos países el verbo viajar no se utiliza mucho. Normalmente se dice "ir a conocer", que es lo que en realidad significa viajar.
 
En realidad hay más acepciones de la palabra vijar. Hay quien toma un avión a un destino a miles de kilómetros para pasarse los días tumbado en una playa descansando; para fotografiar monumentos; o para pasear y comer en buenos restaurantes. Todo ello me parece la mar de respetable.

A los que preferimos la acepción "ir a conocer" nos entristece mucho que la revista Altaïr, la más viajera de las que se hacen en este país, vaya a sacar esta semana el que será su último número.

Altaïr no ha sido solo una revista de conocimiento del mundo. También ha tenido la valentía editorial de hacer monográficos de países tan poco turísticos como Irán, Yemen o Eritrea. ¿Quedamos ahora condenados a recorridos circulares sin fin entre Praga, Venecia y Kenya?

He tenido el honor de colaborar en muchos de sus números. ¿Dónde podré publicar ahora temas tan poco comerciales como la vida de un buscador de oro de Tierra del Fuego?

Dicen que volverán, pero todavía no saben en qué formato. Muchos estamos ya impacientes para volver a viajar con ellos. Espero que sea pronto.

lunes, 6 de mayo de 2013

Viajar para desmentir (¡o confirmar!) ideas

El cuchillo del gaucho. Región de Aysén, Chile, 2013.

A menudo se dice que viajar es una de las mejores formas de darse cuenta de lo equivocado que estaba uno respecto a cómo es un lugar y sus habitantes.

Confirmo que eso es cierto, pero a veces los mitos son verdad.

Esta semana he podido descubrir que efectivamente los gauchos (al menos algunos) duermen con su cuchillo.

Lo que el mito no dice -y aquí vemos que algo se aprende viajando-, es que los gauchos roncan (al menos algunos) como camiones de dieciocho marchas.